No es el caso detenerme en los detalles de esa liberación, porque no hay nada extraordinario que contar. Basta con decír que aprendí algo que habría de servirme para el resto de la vida y para la literatura: el sexo sin conexión emocional, por acrobático que sea, me aburre; necesito humor, conversación, simpatía, algo que compartir más allá de las sábanas.
Isabel Allende in Amor
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